domingo, 29 de diciembre de 2013

COMPASIÓN



Compartir es una gran alegría. Por medio de la compasión has llegado a saber, poco a poco, que cuanto más compartes más tienes. Si también puedes compartir tu iluminación, esta tendrá mayor riqueza, mayor viveza, mayor celebración y muchas otras dimensiones.
La iluminación puede ser unidimensional, como le ha ocurrido a mucha gente. Eso les satisface y desaparecen en la fuente universal. Pero la iluminación puede ser multidimensional, puede producir muchas flores en el mundo. Y estás en deuda con el mundo porque eres hijo de esta tierra.

Recuerdo una frase de Zaratustra:

«No traiciones nunca a la tierra. Incluso en tu mayor gloria, no te olvides de la tierra, porque es tu madre. Y no te olvides de la gente. Pueden haberte entorpecido el camino, pueden haber sido tus enemigos, pueden haber intentado destruirte de todas las maneras; quizá ya te hayan crucificado, apedreado o envenenado, pero no te olvides de ellos. Cualquier cosa que te hayan hecho, lo han hecho de forma inconsciente. Si no les perdonas, ¿quién les va a perdonar? Y tu perdón te enriquecerá inmensamente».

Te voy a contar una bella historia:

Juan llegó a casa una hora antes que de costumbre y se encontró a su mujer desnuda en la cama. Cuando le preguntó por qué, ella le explicó. 'Estoy protestando porque no tengo ropa bonita para ponerme'.
Juan abrió el armario. 'Eso es ridículo -dijo-, mira aquí dentro. Tienes un vestido amarillo, un vestido rojo, un vestido estampado, un traje de chaqueta y pantalón, un... ¡Hola, Paco! -y siguió diciendo-, un vestido verde...'

¡Eso es compasión! Compasión hacia su mujer y compasión hacia Paco. No hay celos ni pelea, simplemente: '¡Hola, Paco! ¿Qué tal?', y sigue con lo suyo. Ni siquiera le pregunta: '¿Qué estás haciendo en mi armario?'.

La compasión es muy comprensiva. Es la comprensión más refinada que puede tener el ser humano.
A un hombre compasivo no deberían importunarle los pequeños detalles de la vida que suceden continuamente. Solo así, de forma indirecta, estás ayudando a que tus energías compasivas se acumulen, se cristalicen, se fortalezcan y sigan aumentando con tu meditación. Así cuando llegue el momento dichoso, cuando estés lleno de luz, al menos tendrás un compañero, la compasión. A partir de ahí tendrás un nuevo estilo de vida... porque ahora es tanto lo que tienes que puedes bendecir al mundo entero.

Texto: Osho