lunes, 9 de diciembre de 2013

POSTURAS MAKKO-HO


Esta serie de posturas, estiramientos o asanas, Makko – Ho ejercen su efecto sobre los canales de energía o meridianos (de acupuntura), consiguiendo una armonización de los mismos.

La repetición diaria de estas posturas ayuda a mantener el cuerpo en forma, y de alguna manera influye en el equilibrio energético global de nuestro organismo.

Su creador, Shizuto Masunaga, Gran maestro de Shiatsu (Creador del Shiatsu Zen) y practicante de yoga, a través de la investigación y la experiencia personal, diseñó estos ejercicios para contribuir a la flexibilidad y equilibrio del cuerpo a través de los meridianos de energía.




















El maestro Masunaga los relacionó con los 12 meridianos, convirtiéndolos en una rutina de 6 ejercicios de estiramientos, cada uno de los cuales afecta a un par de meridianos, estimulando el flujo de su energía (Ki). A pesar de que el ejercicio es de naturaleza física, se puede reforzar la acción del estiramiento con la visualización de la línea energética del meridiano. Cada meridiano conecta con las funciones de cada órgano y de sus aspectos físicos, emocionales y mentales.

Practicando estos ejercicios de forma regular, que no llevan más de 15-20 minutos, se consigue aliviar el estrés, tener más energía, aumentar la concentración y mantener una salud más equilibrada. Es importante tener en cuenta al practicar los ejercicios que lo que realmente importa es la intención, la acción de estirar, y no la amplitud del estiramiento. Simplemente manteniendo la postura en la que se nota el estiramiento, respirando profundamente, y tratando de relajarse, es suficiente. Con la práctica, un poco de constancia y paciencia, llegará el desarrollo y la extensión del estiramiento. Los siguientes diagramas y explicaciones describen las posiciones ideales de los ejercicios.

La serie de ejercicios puede realizarse diariamente, manteniendo cada postura entre 30 segundos y un minuto. Es recomendable, para que toda práctica sea beneficiosa, realizarla en un momento en el que sepamos que no seremos interrumpidos, y que podamos dedicarnos los minutos necesarios para nosotros, dejando de lado –al menos por unos momentos– la problemática diaria. No importa si se realizan en la mañana justo después de levantarse, o antes de irse a la cama, o en el descanso que algunos tienen al mediodía…

Inicio del ejercicio

Realizar varias respiraciones completas para estar “equilibrado” y relajado antes de comenzar con los ejercicios. Para esto, se puede estar tumbado de espaldas, en una colchoneta sobre el suelo, o bien de pie, con las piernas abiertas, los  pies a la altura de las caderas, rodillas en ligera flexión, relajadas y las manos manos abiertas.

Ejercicio “I” Makko-Ho-I

De pie, ambos pies separados el ancho de los hombros o las caderas, con la espalda erguida sin tensionar hombros y las manos unidas tocándose las puntas de los dedos por delante, a la altura de bajo abdomen (o hara). En este ejercicio se trata de visualizar y llegar a experimentar una sensación de plenitud o peso, que se extiende desde el hara (punto central poco debajo del ombligo) hasta los pies, que apoyan firmemente a todo el cuerpo. Toda la atención en este ejercicio está centrada en el hara. La energía está allí centrada, lista para fluir con la realización de los siguientes ejercicios. Realizar de tres a cinco respiraciones completas en esta postura.

Ejercicio “P” Makko-Ho-P

Aquí comenzamos a movilizar la energía por dos canales o meridianos que están dentro de los que se consideran “extraordinarios”. En este caso son los meridianos de “vaso concepción” (Ren Mai) y “vaso gobernador” (Du Mai): por ellos fluye la energía como en un círculo y se consideran los representantes del Yin y el Yang en todo el cuerpo. Desde la postura “I”, comienza una inclinación del torso hacia atrás hasta tocar con las palmas la parte posterior de los muslos, dejando que la cabeza caiga hacia atrás sin tensiones. La boca queda ligeramente abierta, sin embargo la respiración sigue realizándose por la nariz. Se experimentará una línea de tensión recorriendo la parte central del abdomen: es el meridiano de vaso concepción. Hay que imaginar que se abre uno hacia el exterior, recibiendo las influencias externas sin resistencia, liberando la energía. Realizar tres respiraciones completas. Volver a la postura “I”.

Ejercicio “q” Makko-Ho-q



Desde la postura “I” comenzar una inclinación hacia delante hasta llevar la cabeza lo más abajo que sea posible, abrazando las piernas con ambas manos. Aquí imaginamos cómo llevamos la energía hacia el interior, atrayéndola. Realizar tres respiraciones completas. Volver a la postura “I”.




Ejercicio A: intercambio/eliminación
Makko-Ho-A

Poner las palmas de las manos hacia atrás, con los brazos extendidos y unidas por los pulgares, que están entrecruzados, extender los dedos al máximo. Con esta posición de los brazos, doblar el torso por la cintura, llevando los brazos lo más hacia arriba posible, manteniendo las rodillas sin flexionar aunque no tensas  y apoyando el peso del cuerpo sobre la base de los dedos de los pies, imaginando que la mayor parte del mismo recae sobre los dedos pequeños. Manteniendo la postura, respirar profundamente.  Al inspirar notarás líneas de tensión en la parte posterior de las piernas, en el abdomen, en la espalda y en la parte radial de los brazos. Con el tiempo aprenderás a distinguir lo que son líneas de esfuerzo muscular de lo que son líneas de flujo del "Ki". Estas últimas comenzarán a sentirse como un cosquilleo a medida que aumenta la práctica y a medida que adquiere flexibilidad, no necesitando gran esfuerzo muscular para lograr la posición. Aprovecha la diferencia entre inspiración y espiración, tensando y aflojando, aprovechando la inspiración para distinguir el "Ki" y la espiración para aumentar la flexión del cuerpo y al mismo tiempo, visualizar el fluir de la energía desde el "hara" hacia brazos y piernas. En estos ejercicios jamás hay que forzar ni tensar el cuerpo evitando los clásicos y contraproducentes "rebotes" que a veces enseñan en los gimnasios. Es de gran ayuda imaginar que algo nos está estirando desde el exterior, y no nuestra propia fuerza, ya sea por otra persona o por la gravedad o fuerzas magnéticas, y que el cuerpo se resiste a las mismas manteniéndose en equilibrio. En este ejercicio hay que realizar unas cinco respiraciones completas, manteniendo la posición. Al finalizar, retornar lentamente a la posición erguida inicial. El par de meridianos que se activa y normaliza mediante esta postura es el del "pulmón" y el del "intestino grueso", correspondiente a las funciones de "intercambio" y de "eliminación" respectivamente, y al elemento Metal.

Ejercicio B: ingestión/digestión 

Makko-Ho-B



Este es un ejercicio relativamente difícil para mucha gente. Se parte de una posición de “arrodillado con las rodillas separadas un ancho de caderas”, quedando los glúteos entre los pies. A partir de esta posición inicial, comenzar a inclinarse hacia atrás lentamente tanto como sea posible, ayudándose con las palmas de las manos apoyadas en el suelo justo a continuación de las plantas de los pies. La postura completa se logra al llegar a apoyar en el suelo la espalda y la nuca, sin separar demasiado ni elevar las rodillas (¡¡ojo!! ¡el dibujo es incorrecto! Las rodillas no deben levantarse del suelo). También es muy importante en este ejercicio no arquear la espalda, para no forzar las lumbares. Los principiantes, o las personas con menor flexibilidad, pueden quedarse apoyándose sobre las manos o los codos detrás de la espalda. Al llegar al suelo con la espalda y los hombros, se puede alargar el estiramiento alzando y estirando los brazos por sobre la cabeza. Si no puedes alcanzar esta posición, no pasa nada, lo importante es llevar el estiramiento al máximo posible sin forzar. Realizar cinco respiraciones completas manteniendo la postura. Al inspirar notarás líneas de tensión en la parte delantera del torso, a lo largo de los muslos y a ambos lados de los brazos. Es fundamental en este ejercicio no separar demasiado las rodillas pues dejarían de trabajar los meridianos del "estómago" y del "bazo-páncreas" correspondiente al par funcional "ingestión" y "digestión" y al elemento Tierra.

Ejercicio C: integración/conversión

Makko-Ho-C

La posición inicial para este ejercicio es sentado en el suelo, con las rodillas dobladas hacia los lados y flexionadas, con las plantas de los pies juntas, la espalda recta, y tomándose las plantas de los pies con las manos. A partir de esta posición inicial, atraer los dedos de los pies hacia sí y al mismo tiempo, inclinarse al máximo hacia el frente, tratando de tocar idealmente los dedos de los pies con la frente, manteniendo la columna vertebral recta, y tratando al mismo tiempo que los muslos se mantengan sobre el piso. Manteniendo la postura, realizar cinco respiraciones. Al inspirar notarás líneas de tensión en el lado cubital (interior) de los brazos y en el interior de las piernas. El par de meridianos que se activa y normaliza con este ejercicio es el del "corazón" y el del "intestino delgado" correspondiente al par funcional "integración" y "conversión" y al elemento Fuego.

Ejercicio D: vitalidad/purificación

Makko-Ho-D

La posición de partida para este ejercicio es de sentado con las piernas estiradas (pero no tensas) hacia adelante, manteniendo en lo posible el máximo contacto de la parte posterior de las piernas con el suelo. Se ha de doblar hacia delante el tronco, extendiendo los brazos hacia los pies (pero sin necesidad de tocarlos), cuidando especialmente de invertir las palmas de las manos de modo que miren hacia afuera, con los pulgares hacia abajo, girando también los brazos hacia afuera. A partir de esta postura, realizar las cinco respiraciones tratando de inclinarse lo máximo posible hacia el frente cuando se espira. Al inspirar sentirás las líneas de tensión desde la cintura hacia los pies en la parte posterior de las piernas, y a lo largo de la columna vertebral, en la espalda. Debes intentar mantener los dedos de los pies hacia arriba, como tratando de que los dedos se acerquen a la cabeza, y estirar al máximo los brazos. con lo que sentirás que las  líneas de tensión parten de las manos y llegan hasta los pies. Este ejercicio activa y equilibra el par de meridianos "vejiga" y "riñón" que se corresponde con el par funcional "vitalidad" y "purificación" y con el elemento Agua.

Ejercicio E: circulación/protección

Makko-Ho-E

La postura inicial para este ejercicio es sentado, cruzando las piernas en posición de "loto", de "medio loto" o simplemente de meditación zen. Hay que tener presente que las rodillas deben estar lo más próximas posible al suelo, pero sin forzarlas. Cruza los brazos de forma tal que agarren las rodillas opuestas, teniendo en cuenta que el brazo que corresponda a la pierna más elevada (o exterior) será el que cruce por encima del otro. Ahora, dóblate lo más posible, tratando de acercar la frente al suelo, ayudándote para ello con los brazos y dejando la cabeza colgando. A partir de esta posición, realizar cinco respiraciones. Notarás que al inspirar profundamente se forman líneas de tensión a lo largo de la espalda y por la parte externa de las extremidades mientras que por la parte interna sentirá también tensiones. Las externas, se corresponden con el meridiano del "triple calentador" y las interiores con el meridiano de "maestro corazón" o "pericardio". Esta postura activa y equilibra las funciones de "circulación" y "protección" correspondientes a esos meridianos, y al Fuego secundario.

Ejercicio F: almacenamiento/distribución

Makko-Ho-F

La posición inicial de este ejercicio es sentado, con las piernas separadas a su máxima extensión, manteniendo las rodillas sin flexionar y tratando que la parte interior de las piernas estén en contacto con el suelo. Luego, se entrelazan las manos por encima de la cabeza, enviando las palmas y colocándolas hacia arriba. Entonces, flexionar el tronco por la cintura hacia uno de los lados, pero manteniendo la posición del torso al frente. A partir de esta posición, realizar tres respiraciones completas para cada lado aprovechando la espiración para incrementar el ángulo de flexión hacia el lado que corresponda. Este ejercicio activa todo lo que hace a las "decisiones" internas del cuerpo, de "almacenamiento" y de "distribución", gobernadas por los meridianos de la "vesícula biliar" y del "hígado", correspondientes al elemento Madera.

La información básica de este artículo corresponde al libro: “Ejercicios de Imaginería Zen”, de  Shizuto Masunaga.

 El  orden se basa en el ciclo circadiano chino, es decir, en el orden en el que la energía o Ki circula por los diferentes meridianos a lo largo del día, comenzando por el pulmón a las 3 de la madrugada, y terminando en el hígado.